Friday, April 06, 2007

TITULO
* Fascinación por lo popular

* “Triste golondrina macho”, “Amor del bueno” y “Muy señor mío”, por Manuel Puig, Beatriz Viterbo Editora, Buenos Aires, octubre de 1998. Edición al cuidado de Graciela Goldchluk y Julia Romero. 222 páginas.

(Por Daniela Spósito)



Tanto Graciela Goldchluk como Julia Torre, las platenses encargadas del cuidado de la presente edición, tomaron años recopilando textos de Puig, escuchando su música, visitando sus lugares, parientes y amigos. A través de un prolijo trabajo inspirado en la genética textual, ambas críticas pudieron reconstruir, entre escritos hallados y música de bolero, estas tres obras de teatro, inéditas en castellano.
Triste golondrina macho (1989), había sido publicada, hasta el momento, sólo en Italia. La presente versión de este texto teatral, respeta los significativos cambios realizados por Puig después de su edición inicial.
Dos hermanas, el fantasma de una tercera y un forastero, conforman la acción que transcurre a fines del siglo pasado, dando cuenta de amores y de abandonos. Goldchuk ubica la estética elegida esta vez por Puig -la cual, como siempre, sacude e interroga al lector- cercana a la “tradición gótica”, “surrealista” y “asociada al cuento de hadas”.
En cuanto al melodrama Amor del bueno, las historias amorosas -reconstruidas a partir de manuscritos fechados en 1974- transcurren, entre bolero y bolero, en el Méjico de la década de los cuarenta. Según el mismo Puig “las canciones (...) van a resultar el núcleo poético de la obra”. La mayoría de los boleros-ranchera pertenecen a José Alfredo Jiménez. Aquí, como refiere Goldchluk, Puig sugiere que sólo existen dos clases de amor : los mezquinos o los “sublimes, generosos, desmesurados hasta el sacrificio o el crimen”.
En cuanto a Muy señor mío (1975), esta comedia musical con tangos cantados en tono de bolero, utiliza la parodia -en el escenario del Méjico de los 50’s-, para hablar de tópicos frecuentes en la narrativa puigiana. Los análisis exhaustivos de las psicologías de sus personajes seducen al lector -a través de un estilo ajeno al llamado arte ‘culto’ : el folletín, la literatura popular, el tango, el bolero, el melodrama cinematográfico y radial. Las narraciones dan cuenta de las identidades sexuales, el amor, el autoritarismo y la represión, en un estilo que, como reconoce el mismo Puig, está hecho “con los desechos, con la basura que arrojaba la gente culta ; con las sobras que dejaba la Intelligentzia de la Argentina”.
Los tres escritos anuncian la nueva estética que el escritor comienza a incorporar en su dramaturgia hacia finales de los setenta : el cuestionamiento de una moral pacata de clase media, de los lugares comunes y de las identidades preestablecidas. Logra su cometido gracias a la eficacia de su tono transgresivo, desmitificador e irónico, que explora territorios impensados para inventar nuevas formas de vida : la propuesta de una ética y una política impugnadoras. Una crítica que, como apunta Pere Gimferrer (En Aproximaciones a Manuel Puig), “empieza por serlo del lenguaje”.

(59 l.)

El argentino Manuel Puig -fallecido hace casi un decenio-, se convirtió best-seller con su segunda novela : Boquitas Pintadas y fue candidato a Premio Nobel de Literatura. En 1982 ganó en Italia el premio a la mejor novela latinoamericana con El beso de la mujer araña, llevada al cine por Héctor Babenco. Fue censurado por varias de sus obras, entre ellas, The Buenos Aires Affair, por lo cual ingresó en la lista negra de escritores prohibidos y debió dejar la Argentina. Recién a partir del ’80, a pesar de que sus obras siguieran censuradas, su literatura comenzó a circular nuevamente entre los lectores. Por estos días, puede hablarse de un resurgimiento de su obra(nuevas ediciones, charlas, congresos), al punto que muchos no dudan al referirse a una “moda Puig”. No obstante, su nombre aún no ha sido incorporado, de manera efectiva, en el cánon universitario.
(15 l.)

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